Libro usado 1ra edición de 1996 en pasta dura en un estado 9/10.«Antes de entrar en el automóvil miró por encima del hombro para estarsegura de que nadie la acechaba. Eran las siete y cinco de la noche enBogotá. Había oscurecido una hora antes, el Parque Nacional estaba maliluminado y los árboles sin hojas tenían un perfil fantasmal contra elcielo turbio y triste, pero no había a la vista nada que temer. Marujase sentó detrás del chofer, a pesar de su rango, porque siempre lepareció el puesto más cómodo. Beatriz subió por la otra puerta y sesentó a su derecha. Tenían casi una hora de retraso en la rutina diaria,y ambas se veían cansadas después de una tarde soporífera con tresreuniones ejecutivas. Sobre todo Maruja, que la noche anterior habíatenido fiesta en su casa y no pudo dormir más de tres horas. Estiró laspiernas entumecidas, cerró los ojos con la cabeza apoyada en elespaldar, y dio la orden de rutina: -A la casa, por favor.»