Como humanos, nos inspiramos con cada experiencia que vivimos, es lo que nos empuja a través de cada meta a esforzarnos mientras creamos nuestras vidas ante nosotros. Para los que están en constante búsqueda no hay fuente más pura que la maravilla de la naturaleza misma.Los colores, los sonidos y los olores vigorizan nuestros sentidos mientras absorben cada detalle que fluye con infinitas cantidades de emoción y descubrimiento, ellos renuevan nuestra propia esencia a medida que volvemos a casa con versiones más grandes de nosotros mismos.Esta inspiración de la naturaleza es tan integral para el espíritu humano que nos propusimos diseñar una SUV que permita a las personas acceder al exterior con mayor facilidad y frecuencia y disfrutar a fondo cada momento de sus viajes, lo que creamos es un Mazda como ningún otro: Mazda CX-50.