Este precioso espejo de pared aporta carácter y elegancia a cualquier decoración. Hecho a mano con madera maciza, este espejo rectangular es una pieza clásica y llamativa. Su diseño imita los cristales antiguos de las ventanas con asas de metal con un acabado de pintura en polvo negra. Cuélguelo de forma segura en una pared con dos perchas de uso industrial en la parte posterior o apóyelo contra una pared sobre una repisa. El espejo mide 24 pulgadas de alto x 36 pulgadas de ancho x 2.5 pulgadas de profundidad. El marco tiene un elegante acabado gris lavado para darle un toque vintage y mide 2.55 pulgadas de ancho. Su diseño arqueado inspirado en la catedral iluminará cualquier habitación y creará la ilusión de un espacio más grande.