El dióxido de titanio se utiliza como colorante alimentario (E171) y, como ocurre con todos los colorantes alimentarios, su función tecnológica es hacer que los alimentos sean más atractivos visualmente, dar color a alimentos que de otro modo serían incoloros o devolverles su aspecto original.El dióxido de titanio tiene unas características únicas de efecto blanqueador y para otorgar brillo, estabilidad al calor, a la luz luz y absorbencia de ultravioleta. Todo esto le convierte en el colorante blanco ideal para los alimentos. Además, añade textura a los alimentos y a menudo se utiliza como agente antiaglomerante.