Autor: Antonio CisnerosPrólogo: Juan Manuel RocaSelección: José Ángel LeyvaLa Cabra Ediciones, México, 2008121 páginas. Tapa Blanda con Solapas. 200x130 mmEste libro está poblado por animales, pero A cada quien su animal no es un bestiario, como dice José Ángel Leyva en la contratapa; es una antología zoológica, la recopilación de la fauna que habita la poesía de Cisneros, o mejor cabría decir: los animales que habita Cisneros en su poesía. Y ¿por qué no es un bestiario si casi todo en estos versos es animal o es visitado, al menos, por alguno de tanto en tanto? Porque el autor se deslinda de la carga simbólica otorgada a cada espécimen y llega por cuenta propia a dotarlos de significados, vive en la barriga de las ballenas porque más que representar, sus animales transportan, comunican las vivencias cotidianas del hombre, las equiparan entre el vivir humano y el animal: “Limpios los cuerpos han de ser como una gran pradera: / que ningún valle o monte quede oculto y los amantes / podrán holgarse en todos sus caminos.”Poeta mayor del Perú y de América Latina, Antonio Cisneros se eleva y cae en el reino animal para preguntar por la existencia, para responder por la existencia, para inquirir, para reconciliar; convoca animales que hacen visible un quiebre de la realidad y la vuelven sonora, la mueven de una forma diferente a la del ojo humano: “Qué de perros habrá para cuidar los blanquísimos campos donde el mar no termina y la tierra tampoco. / Qué de perros, Señor, qué oscuridad.” Este volumen constituye un zoo poético e íntimo de entre cuyos versos es posible ver salir una manada de elefantes, algunas cuantas ruidosas moscas que sobrevuelan sus líneas más duras o caballitos que llevan al mar en una “red vacía.”